Cómo optimizar el aprendizaje del inglés
Al embarcarnos en el estudio de un idioma nuevo nos vemos desbordados por la cantidad de conceptos e ideas nuevas que debemos memorizar. Saber por dónde empezar puede facilitar esta tarea y hacer que las posibilidades de finalizar con éxito aumenten considerablemente.
Aquí van una serie de trucos para conseguir que esta nueva aventura llegue a buen puerto:
Dosifica el estudio
“Empacharse” a estudiar toda la materia en una o dos jornadas maratonianas de estudio es lo peor que puedes hacer. Los idiomas hay que asimilarlos de forma paulatina, por lo que lo más aconsejable es estudiar en pequeñas dosis. Incluso alternar el estudio con otras actividades que no requieran de un gran esfuerzo intelectual como hacer una tarea de casa o dar un pequeño paseo son de gran ayuda.
Introduce el estudio en tu rutina
Encontrar el hueco a lo largo del día para estudiar, aunque sea media hora es prácticamente imposible con el ritmo de vida actual. Para facilitar esto debemos hacer que este rato sea una parte más de nuestra rutina, a nadie se le olvida ducharse por la mañana o lavarse los dientes. Esto es porque son parte de nuestra rutina y no nos planteamos si tenemos tiempo o no. Con el inglés deberíamos hacer lo mismo, podemos buscar de antemano un hueco en nuestro día y agendarlo como rutina. Este rato pueden ser 20 minutos después de comer o cenar, incluso ese ratito en la cama antes de dormir. Con las formaciones online puedes estudiar desde tu Tablet sin problema o incluso desde tu móvil.
Pon en práctica tus conocimientos
No te limites a leer las palabras de vocabulario o a la gramática del tema. Si no pones en práctica lo que has aprendido pronto se olvidará. Leer un artículo en inglés o mantener una conversación hace mucho más por nuestro progreso que simplemente leer o incluso copiar una interminable lista de palabras.
El sonido más dulce para tu cerebro es tu propia voz
Leer en voz alta o grabar nuestra voz y escucharnos puede hacer que el progreso sea mucho más rápido. Al escuchar o leer en silencio estamos, en cierto modo, actuando como sujetos pasivos del aprendizaje. Pero en los idiomas debemos ser un sujeto activo para poder avanzar de forma rápida y asentar mejor nuestros conocimientos.
Fuerza el acento hasta que te de la risa
Cuando hablamos en un idioma que no es el nuestro nos da mucha vergüenza forzar el acento porque creemos que sonamos ridículos, pero esto es totalmente falso. Al marcar el acento del idioma que hablamos le estamos diciendo a nuestro cerebro que es así como se debe hacer y, aunque al principio nos sintamos raros, al final nuestro cerebro se acostumbrará llegando a un punto en el que nos sonará natural. De este modo, no sólo mejoramos nuestra pronunciación, también mejoramos la capacidad de entender el idioma.
Si pones en práctica todos estos consejos tu inglés despegará rápidamente y tu motivación crecerá.
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